Monday, January 09, 2017
Mariano Oberlin es cura desde hace 11 años y está a cargo de
la parroquia Crucifixión del Señor de los barrios Müller y Maldonado, en el corazón
del narco cordobés.
Además de su labor religiosa, el sacerdote impulsa una
reforma social en esta barriada cordobesa, a través de talleres donde les
enseña oficios a los adolescentes y jóvenes para darles herramientas que les
permitan una vida digna.
En los primeros días de enero de 1976, cuando gobernaba el
país la presidenta constitucional Isabel Perón y a Córdoba un interventor
avalado por el peronismo provincial, en la llamada “Noche de los moncholos” un
grupo de tareas del Comando Libertadores de América copó la casa de los Oberlin
en barrio Comercial –al sur de la capital- y se llevó secuestrados al padre y
al tío de Mariano, quien entonces tenía sólo tres años.
Héctor Guillermo Oberlin y su cuñado Angel Santiago
Baudracco, ambos militantes del Peronismo de Base, aún están desaparecidos. Se
sospecha que el padre del sacerdote fue torturado y fusilado en el Campo de la
Ribera y enterrado en una fosa común en el cementerio San Vicente, a pocas
cuadras de donde está emplazada la parroquia Crucifixión del Señor.
Sobre el rol de la Iglesia durante la pasada dictadura
cívico militar, el padre Oberlín opina: “Hubo una parte importantísima de la
jerarquía que fue absolutamente cómplice, no significa que toda la Iglesia haya
sido cómplice, porque gran parte de las personas que murieron o fueron
desaparecidas provenían de grupos cristianos y con el deseo de cambiar el mundo
desde la perspectiva del Evangelio. Dentro de la Iglesia también tenés a
(Miguel) Hesayne, (Enrique) Angelelli, (Jaime) De Nevares… hay una lista de
obispos que se jugaron la vida, algunos hasta encontrar la muerte. En algún
momento me hizo mucho ruido y me afectó mucho esta dicotomía”, le dijo al
diario cordobés La Voz del Interior.
Y agregó que “mis viejos siempre estuvieron ligados a la
Iglesia con los curas tercermundistas, ellos tenían acceso a (el exarzobispo de
Córdoba Raúl Francisco) Primatesta. Cuando desapareció mi viejo, mi mamá le fue
a pedir personalmente que intercediera y él no la quiso recibir”.
En mayo pasado, luego de que un grupo de mujeres -cuyos
hijos son adictos al paco y otras drogas- fueran amenazadas por bandas narcos
que operan en la Seccional Quinta, Oberlin lanzó una denuncia pública. Y un
grupo de medio centenar de sacerdotes de barrios periféricos donde la exclusión
y el narco penetran en el tejido social forzó que la jerarquía eclesiástica
cordobesa se preocupara por la problemática.
Fue así que el arzobispo Carlos Ñáñez y el obispo auxiliar
Ricardo Seirutti; junto al padre Mariano Oberlín, y unos 70 curas de la
Arquidiócesis de Córdoba concelebraron misa en la parroquia de barrio Müller,
donde hace una semana murió de dos balazos Lucas Rudzicz. “Hay que hacer algo
con el tema del narcotráfico, porque va invadiendo los barrios. También hay que
hacer algo con los chicos, darles otros horizontes, otras posibilidades”, había
reclamado el cura.
Mientras que en octubre, Oberlin publicó una carta a través
de Facebook donde denunciaba la muerte de un adolescente a causa de su adicción
al paco: “Y hoy la muerte conquistó la vida de otro de nuestros changos. Una
vez más, no sé ni siquiera qué quisiera reclamar. Nos acercamos a él hasta
donde pudimos, y no alcanzó. Le acercamos algo de comida los días que pudimos,
pero no alcanzó. Lo acercamos al consultorito médico que tenemos, desde el cual
el doctor lo derivó al hospital para que sea internado con la urgencia que
pudimos, pero no alcanzó. En el hospital se lo atendió lo mejor que se pudo,
pero no alcanzó. No alcanzó nada: ni lo que hizo su familia por él, ni lo que hicimos
nosotros, ni lo que hizo el Estado”.
“Un típico caso de gatillo fácil”
“A Lucas lo fusilaron”, así, Carlos Orzaocoa, abogado de los
familiares de Lucas Rudzicz denuncia que la muerte del presunto asaltante del
padre Mariano Oberlin fue un caso más de violencia institucional. “Estamos ante
un caso de gatillo fácil. Un policía, experto en tiro, apuntó y disparó dos
veces a la cabeza de un niño de 13 años. Eso es lo que estamos diciendo en este
caso, hay un chico de 13 años que murió por balas policiales”, describe
Orzaocoa, de larga militancia en organismos defensores de los Derechos Humanos.
El abogado de los Rudzicz le dijo a Clickear que “la discusión legal es si este policía tuvo intencionalidad
de matar o no; y en base a los testimonios recogidos en barrio Müller, los
testigos afirman que no hubo enfrentamiento, hubo sólo dos disparos. Los únicos
dos disparos salieron del arma del sargento ayudante Martín Armando Murúa. Al
momento de los disparos, no hubo una situación de peligro para el padre
Mariano, quien estaba en el otro extremo de dónde corrían estos chicos; ni para
el propio Murúa, ni para terceros. El policía obró de una forma deliberada,
consciente, en una línea de tiro letal para Lucas”.
Orzaocoa señaló que “está prohibido que los miembros de las
fuerzas de seguridad disparen a las zonas letales del cuerpo humano, salvo que
haya peligro para sí mismo o para terceros; y acá el riesgo ya había pasado,
los chicos corrían, escapaban dándole la espalda al policía. Murúa tuvo
intención de matar, sacó su arma, vio a su objetivo, le apuntó y lo mató”.
Sobre el asalto al sacerdote de barrio Müller, el abogado
querellante sostuvo: “En el hecho del asalto al padre Mariano, donde le robaron
una bordeadora y un celular, es probable que haya intervenido Lucas; la
situación continúa después cuando Lucas y su acompañante huían en dirección
contraria a la parroquia, y en esas circunstancias, el sargento ayudante Murúa,
a una distancia de 60 o 70
metros , apunta a esos niños que le ofrecían la espalda y
dispara, ocasionando la muerte de un chico de 13 años”.
“Lo que pasó destrozó la vida de un chico, de una familia, de un barrio, de una parte sufriente de la sociedad”
Al día siguiente del asalto en el que perdiera la vida Lucas
Rudzicz a manos de su custodio, el padre Mariano Oberlin escribió esta carta
abierta:
Hace un tiempo venía recibiendo amedrentamientos. Unos seis
meses atrás estábamos con gente de la Provincia viendo un terreno frente a los
colegios de Campo de la Ribera, en donde pretendíamos evaluar la posibilidad de
hacer un emprendimiento de reciclado de escombros y de ramas, y dos chicos que
salían del colegio gritaron: “Hay cinco mil pesos para el que lo mate al cura”.
Dos policías en moto que estaban ahí en ese momento se acercaron para decirme
que me cuidara, y sospecho que deben haber dado aviso para que me pongan
protección.
A partir de ahí me insistieron algunas veces en que aceptara
tener una custodia. La primera vez que me ofrecieron eso, fue cuando hice
públicas las amenazas que habían recibido las madres que venían denunciando la
existencia del paco en el sector, pero nunca quise aceptarlo. En medio de todo
ésto, varias veces algunas personas me gritaron en la calle con furia: “Andá
che cura vigilante”, “dejá de batir la cana che culiado”.
Una de esas veces una moto se paró frente a mí en la puerta
de los galpones para gritarme algo de eso, estando al lado de Miguel Siciliano
que había ido de visita y puede atestiguarlo. Hasta que desde hace un par de
meses, en distintos lugares y de distintas maneras, algunos niños (de 5 años en
adelante), cuando me veían en la calle me decían: “eh, cura, yo te vi por la
tele… a vos te quieren matar”.
A partir de ahí decidí aceptar la custodia. Pero con la
condición de que no sea cualquier policía, sino Martín. Desde que yo llegué a
la parroquia hace casi siete años, él y toda su familia fueron algunas de las
personas más cercanas y colaboradoras que encontré. Entre otras tantísimas
cosas que hicieron en favor del proyecto que venimos desarrollando, durante los
tres años que tardamos en reciclar la casa de barrio San Martín que habíamos
comprado para poner en valor y cambiarla por los galpones en los cuales estamos
desarrollando los talleres, él fue el colaborador más incondicional, haciendo
las veces de albañil, carpintero, herrero, plomero, y cuanto hiciera falta,
siempre en sus horas libres fuera del trabajo.
De todos modos, mi pedido fue que no estuviera tanto
conmigo, sino más bien acompañando los trabajos que se hacen la parroquia,
atento a cualquier cosa que pudiera pasar, salvo que fuera estrictamente
necesario que me siguiera a algún lugar puntual.
Hace dos semanas me pararon dos chicas en la terminal y me dijeron: “A vos te van a matar como un perro”. Y a partir de ahí intuí que se ponía pesada la cosa. A ésto se lo conté en confidencia a algunas personas, pero se ve que se filtró por algún lado, y en varios medios me preguntaron si había sido amenazado. Sin embargo yo preferí desestimar el tema (aunque la verdad es que formalmente no había sido amenazado), porque no quería generar pánico entre las personas más allegadas, y porque creo que no es justo que por culpa de un par de matones se siga llenando de estigmas a una zona tan estigmatizada. Pero durante este tiempo he tenido el pensamiento recurrente de que en algún momento podía pasar. Y por algún misterio macabro, no podía dejar de imaginarme que sería de un tiro en la cabeza.
Lo que pasó ayer destrozó la vida de un chico, de una familia, de un barrio, de una parte sufriente de la sociedad, y no puedo dejar de llorar por eso. Pero también destrozó la vida de Martín, la de muchos de los que colaboran en nuestros espacios, quizás la del proyecto mismo, y destrozó también mi vida.
Pero entiendo que se han dicho muchas cosas sobre ésto, y creo que es necesario que yo cuente lo que viví.
Estábamos con un grupito de personas preparando un terreno aledaño a la parroquia en donde hoy estaba previsto inaugurar una plaza. Algunos estaban pintando unos murales, algunos niños estaban jugando a la pelota en el playón, y yo personalmente estaba cortando yuyos con una desmalezadora. Mientras iba cortando, aproximadamente a la mitad del paredón perimetral del hogar de ancianos, vi un pozo pequeño pero profundo. Seguramente sugestionado por todo lo que venía pasando últimamente, empecé a fabular con que quizás sería un guardadero de drogas, o algo así. Sin embargo no me animé a mirar hacia adentro… Así es que seguí cortando hacia la esquina opuesta al playón, siempre contra el mismo paredón.
Hace dos semanas me pararon dos chicas en la terminal y me dijeron: “A vos te van a matar como un perro”. Y a partir de ahí intuí que se ponía pesada la cosa. A ésto se lo conté en confidencia a algunas personas, pero se ve que se filtró por algún lado, y en varios medios me preguntaron si había sido amenazado. Sin embargo yo preferí desestimar el tema (aunque la verdad es que formalmente no había sido amenazado), porque no quería generar pánico entre las personas más allegadas, y porque creo que no es justo que por culpa de un par de matones se siga llenando de estigmas a una zona tan estigmatizada. Pero durante este tiempo he tenido el pensamiento recurrente de que en algún momento podía pasar. Y por algún misterio macabro, no podía dejar de imaginarme que sería de un tiro en la cabeza.
Lo que pasó ayer destrozó la vida de un chico, de una familia, de un barrio, de una parte sufriente de la sociedad, y no puedo dejar de llorar por eso. Pero también destrozó la vida de Martín, la de muchos de los que colaboran en nuestros espacios, quizás la del proyecto mismo, y destrozó también mi vida.
Pero entiendo que se han dicho muchas cosas sobre ésto, y creo que es necesario que yo cuente lo que viví.
Estábamos con un grupito de personas preparando un terreno aledaño a la parroquia en donde hoy estaba previsto inaugurar una plaza. Algunos estaban pintando unos murales, algunos niños estaban jugando a la pelota en el playón, y yo personalmente estaba cortando yuyos con una desmalezadora. Mientras iba cortando, aproximadamente a la mitad del paredón perimetral del hogar de ancianos, vi un pozo pequeño pero profundo. Seguramente sugestionado por todo lo que venía pasando últimamente, empecé a fabular con que quizás sería un guardadero de drogas, o algo así. Sin embargo no me animé a mirar hacia adentro… Así es que seguí cortando hacia la esquina opuesta al playón, siempre contra el mismo paredón.
Cuando estaba a unos cinco metros de la esquina (y por lo
tanto a unos setenta metros de donde estaban trabajando y jugando los demás),
pasaron dos muchachos (uno más jovencito y uno más grande). Mientras pasaban
frente a mí, me miraron de una manera que me llamó la atención. Pero seguí
cortando los yuyos. En un momento, en el balanceo de la desmalezadora, alcanzo
a ver que se habían parado más o menos a la altura de donde estaba el pozo, y
se agacharon como si estuviesen buscando algo. Ahí me asusté bastante porque,
en medio de las fabulaciones, pensé que sin querer había visto, tocado, o roto
algo que sería de ellos. Pero seguí cortando.
Cuando vuelvo a balancearme hacia el lado en el que estaban
ellos, los veo que se me venían encima con un arma cada uno. Me gritaron que
apagara la desmalezadora. Cuando la apagué, me pidieron que la dejara en el
suelo y que me saque el arnés. Luego uno de ellos, el más grande, me sacó el
celular del bolsillo, y me pidió la billetera. Le dije que no tenía billetera,
y me dijo que corriera.
Mientras ocurría todo esto, lo único que podía pensar era
que había llegado el momento en que se iban a cumplir los anuncios directos e
indirectos que había recibido. Así es que salí corriendo, pero mirando para
atrás cada tanto. Hasta que sentí que comenzaron los disparos. En medio de los
nervios, no pude distinguir realmente cuántos disparos hubieron, ni de donde
salían. Pero mientras corría me crucé en sentido contrario con Martín que venía
desde la punta opuesta del playón gritándoles. De todos modos la distancia
entre Martín y los chicos era de por lo menos cien metros, y los chicos iban
corriendo entre medio de un yuyal muy alto, por lo cual casi no los podía ver
cuando me daba vuelta. Por todo esto tengo la certeza de que es imposible que
en esas circunstancias el tiro hubiera sido apuntado intencionalmente al chico
que lo recibió.
Cuando llegué hasta el playón, me dicen los que estaban ahí
que Martín me llamaba. Entonces me fue hacia donde estaba él. Cuando iba
llegando, alcancé a ver entre medio de los yuyos las manijas de la
demalezadora, y pensé que la habían largado. Pero cuando me acerqué más lo vi
al chico tirado con el arma en la mano, desangrándose, y me quise morir. No
podía parar de llorar por esta vida que se cegaba, pero no podía hacer nada
para evitar que pasara lo que estaba pasando. Solamente esperaba que alguien me
despertara y pasara esa pesadilla. Pero ya no va a haber forma de
despertar.
Nunca hubiese podido imaginar que la bala que desde hace unas semanas imaginaba que iba a impactar contra mi cabeza, podría terminar en la cabeza de un chico de catorce años.
Si pudiera cambiar mi vida por la de este chico, juro que la cambiaría. Pero aunque yo muera, él no va a revivir.
Hoy siento que nada tiene sentido. Ni las luchas de tantos años, ni las convicciones, ni las palabras tantas veces dichas, ni el trabajo infatigable por intentar cambiar al menos una puntita de un sistema que está podrido desde la raíz.
No sé cómo seguirá la vida para adelante. Sólo sé que no quiero seguir alimentando toda esta maquinaria de violencia, exclusión y muerte.
Nunca hubiese podido imaginar que la bala que desde hace unas semanas imaginaba que iba a impactar contra mi cabeza, podría terminar en la cabeza de un chico de catorce años.
Si pudiera cambiar mi vida por la de este chico, juro que la cambiaría. Pero aunque yo muera, él no va a revivir.
Hoy siento que nada tiene sentido. Ni las luchas de tantos años, ni las convicciones, ni las palabras tantas veces dichas, ni el trabajo infatigable por intentar cambiar al menos una puntita de un sistema que está podrido desde la raíz.
No sé cómo seguirá la vida para adelante. Sólo sé que no quiero seguir alimentando toda esta maquinaria de violencia, exclusión y muerte.
La llave de la verdad
Tras conocerse la noticia de que Lucas Rudzicz había muerto
a manos del custodio del cura Mariano Oberlin, Oscar Martinez, referente de la
Regional Córdoba del Movimiento Popular La Dignidad emitió un comunicado
titulado La llave de la verdad. Breve relato de un fusilamiento a sangre fría,
de dos disparos por la espalda; dando su versión de los hechos:
Ayer fue Navidad, en Córdoba una familia estuvo toda reunida
y brindando, otra familia también estuvo reunida pero, en el cementerio de
Malvinas Argentinas.
Una era la familia de Martín, la otra la familia de Lucas.
“Che, ¿y quién era el Lucas ese?” Alguien me preguntó ayer,
una vez más...
Lucas tenía 13 años, mañana, el 27, cumpliría los 14 años. Lucas tenía sueños, proyectos, ilusiones y también contradicciones. 2 balazos por la espalda dejaron trunco todo eso.
Lucas participaba del Movimiento Popular La Dignidad, él también quería cambiar las cosas. Estaba incluido en las actividades de la Red Puentes Córdoba. Era uno de los pocos que se ofrecía a llevar las banderas, o a acompañar la chata de Salvador, esa que siempre llevamos a las movilizaciones. Charlando hace una semana con él, me decía, “Oscar, yo me quiero portar bien pero, es difícil...”; me dejó pensando, le dije que tuviera paciencia, que ya está por salir el Proyecto de Herrería.
No tuvimos tiempo. Al final fue difícil no más. Lo fusilaron por la espalda.
Lucas tenía 13 años, mañana, el 27, cumpliría los 14 años. Lucas tenía sueños, proyectos, ilusiones y también contradicciones. 2 balazos por la espalda dejaron trunco todo eso.
Lucas participaba del Movimiento Popular La Dignidad, él también quería cambiar las cosas. Estaba incluido en las actividades de la Red Puentes Córdoba. Era uno de los pocos que se ofrecía a llevar las banderas, o a acompañar la chata de Salvador, esa que siempre llevamos a las movilizaciones. Charlando hace una semana con él, me decía, “Oscar, yo me quiero portar bien pero, es difícil...”; me dejó pensando, le dije que tuviera paciencia, que ya está por salir el Proyecto de Herrería.
No tuvimos tiempo. Al final fue difícil no más. Lo fusilaron por la espalda.
No tuvo oportunidades de seguir intentándolo.
Las balas de las armas reglamentarias no saben de paciencia, ni de tiempo, ni de sueños.
Las balas de las armas reglamentarias no saben de paciencia, ni de tiempo, ni de sueños.
Lucas era juguetón, era risueño y era el bromista en su
grupo de amigos. Era él quien siempre arrancaba las sonrisas a sus amistades y
seres queridos, sonrisas que tal vez ya no vuelvan.
Lucas era hincha de Talleres, de esos hinchas perros, pero pocas veces tuvo la plata y la oportunidad de ir a la cancha como él hubiese querido.
Lucas era el más chico de 6 hermanos, una familia humilde más, de las tantas que hay en los barrios de Córdoba, armadas y ensambladas. Una familia más de nuestro pueblo. Una familia, desde hace tres días desbordada de dolor.
Lucas había terminado el año pasado la escuela primaria, había comenzado este año el secundario en el IPEM 24 y fue dejándolo porque el sistema educativo actual es excluyente e incapaz de detectar, contener y ofrecer reales posibilidades de educación para pibes y pibas como Lucas.
Lucas era un compañerito más del Movimiento como los cientos de jovencitos de barrios, villas y asentamientos que se intentan organizar en nuestro Movimiento.
Lucas era hincha de Talleres, de esos hinchas perros, pero pocas veces tuvo la plata y la oportunidad de ir a la cancha como él hubiese querido.
Lucas era el más chico de 6 hermanos, una familia humilde más, de las tantas que hay en los barrios de Córdoba, armadas y ensambladas. Una familia más de nuestro pueblo. Una familia, desde hace tres días desbordada de dolor.
Lucas había terminado el año pasado la escuela primaria, había comenzado este año el secundario en el IPEM 24 y fue dejándolo porque el sistema educativo actual es excluyente e incapaz de detectar, contener y ofrecer reales posibilidades de educación para pibes y pibas como Lucas.
Lucas era un compañerito más del Movimiento como los cientos de jovencitos de barrios, villas y asentamientos que se intentan organizar en nuestro Movimiento.
Circunstancialmente lo conocía un poco más que a otros
pibes, porque ambos vivimos en la misma villa y nos veíamos casi todos los
días. Por eso me cuesta tanto escribir estas líneas, porque estamos
consensuando cada paso que vamos a dar, con la familia y con el Vasco
(abogadazo del campo popular que, desde que lo llamamos se puso a total
disposición). Me cuesta ser objetivo. La indignación y la bronca que siento
contra éste sistema de dominación y violencia capitalista no me lo permite.
Desde el año 2002, que vivo y milito en la zona, cuando
comencé como referente del Movimiento Teresa Rodriguez en barrio Müller, hoy MP
La Dignidad. Desde entonces tuve tiempo de conocer en carne propia los
movimientos y problemáticas de la zona, el clientelismo político, las maniobras
y la imbricación del aparato político con las redes del narcotráfico y sus
relaciones con la Policía.
En estos años mi familia y yo fuimos objeto de
intimidaciones, amenazas, agresiones y campañas de rumores de parte de sectores
relacionados a ese mundo. En una ocasión me encañonaron en el Campo de la
Ribera para advertirme que “no querían piqueteros” en ese lugar, en varias
ocasiones atentaron contra nuestro local y nuestra vivienda, me rompieron
repetidas veces el auto, una de las veces me aflojaron la rueda delantera que
se salió cuando el auto estaba en marcha, me llamaban a mi teléfono y me
mandaban mensajes de texto intimidatorios. En varias ocasiones policías de
uniforme y de civil se acercaron a decirme que conocían a mi familia y dónde
vivía. Nunca realicé denuncias de esos hechos ante la Policía ni espero nada
bueno de parte de esa institución, a la que considero parte del problema y
jamás de la solución para el pueblo pobre y trabajador.
En los 12 años que viví y milité en barrio Müller y desde
finales de 2015 que vivo en Villa Los Tinglados, fui y soy testigo de cómo los
punteros y los narcos se disputan a tiros el territorio comprendido entre los
barrios Maldonado, Villa Los Tinglados, Campo de la Ribera y Müller. Muchas
veces compartimos preocupaciones y reflexiones sobre esta problemática con
militantes territoriales de otros espacios e inclusive con trabajadores de
instituciones del Estado con presencia en la zona. Con esto indico que sé por
experiencia propia de qué son capaces estos sectores que no quieren que haya
experiencias organizativas en la zona, menos con los jóvenes.
Sin entender y con total desinterés por este contexto
dramático, los medios recurren a la estigmatización con mucha facilidad, ni
Lucas ni su familia están en condiciones de defenderse. Pero nosotros como
organización, sí. Hacen lo que se hace habitualmente en todos estos casos:
ensuciar a la víctima. De ninguna manera es cierto que Lucas haya sido parte,
como tan fácilmente dice la prensa del sistema, de una red de narcotráfico.
Nosotros hacemos culpable al Estado como principal fuente de
todo tipo de violencias, que se materializan en sus instituciones y se vuelcan
en los barrios de diferentes modos; la falta de políticas educativas, el no
acceso a una salud digna, las pésimas condiciones de las viviendas, las
dificultades a la hora de conseguir trabajo, la exclusión de todos los “Lucas”
de cualquier espacio que pudiese servir como contención, por mencionar sólo
algunas de las consecuencias de las políticas de saqueo, explotación y muerte
de las actuales y anteriores Gestiones de Gobierno.
Nosotros acá en Córdoba, en particular, denunciamos a la
Institución Policial, como la Institución más corrupta, misógina, racista,
discriminadora y asesina, que prepara y entrena a asesinos a sangre fría. Es la
Institución Policial la que regentea la trata de personas y el narcotráfico en
la provincia. Son los lobos, cuidando corderos.
Nosotros no vamos a negar los hechos objetivos, no vamos a
negar el hurto. Si vamos a rechazar el supuesto tiroteo y enfrentamiento.
Y sobre los hechos objetivos decimos que, hay un asesino suelto,
un oficial que se tomó su tiempo para tomar posición de tiro y a más de 60 metros fusilar a
sangre fría, de dos disparos y por la espalda a Lucas, que huía en dirección
contraria. No hay nada que indique que Lucas haya salido a matar, como con
tanta liviandad se repite en los medios desde que fuera fusilado.
Un tal Martín, un oficial con uno de los mejores puntajes en
las competencias internas de tiro de la Policía. Un oficial de más de 40 años,
entrenado y con experiencia. Un oficial, con tantos años de entrenamiento y
conocimiento de todas las herramientas y procedimientos policiales. Una persona
que eligió apuntar a la cabeza de un pibe que corría en dirección contraria a
unos 60 metros
y tirarle por la espalda.
Una persona que eligió la muerte y no la vida. Una persona que a sangre fría toma esa decisión, ES un asesino. Y como tal vamos a exigir la cárcel común, perpetua y efectiva.
Vamos a exigir ¡JUSTICIA POR LUCAS!
Una persona que eligió la muerte y no la vida. Una persona que a sangre fría toma esa decisión, ES un asesino. Y como tal vamos a exigir la cárcel común, perpetua y efectiva.
Vamos a exigir ¡JUSTICIA POR LUCAS!
Lucas se suma a la larga lista de pibes asesinados por la
Policía de Córdoba, y de todo el país. Nosotros no nos vamos a callar, no nos
vamos a quedar de brazos cruzados.
En medio de esta situación queda la labor social de Mariano
y la nuestra, desde perspectivas diferentes, pero apuntando a lo mismo.
Respetamos y valoramos la obra de Mariano en la zona, él como nosotros, sabe lo
difícil que es construir, trabajar y vivir en este territorio.
La Iglesia predica el amor y la verdad. Y en este caso HAY
una llave para llegar a la verdad. Esa llave, es DECIR LA VERDAD...
Con eso se cierra el círculo, un asesino termina tras las rejas, se hace justicia y una familia, aliviana aunque sea un poquito el dolor.
Con eso se cierra el círculo, un asesino termina tras las rejas, se hace justicia y una familia, aliviana aunque sea un poquito el dolor.
Nada devolverá la vida de Lucas, pero por lo menos todavía
podremos seguir viendo la luz al final del camino.
Yo también formo parte del pueblo pobre, estigmatizado,
formo parte de la villa, y de los que queremos cambiar las cosas para que a
nuestro futuro no le toque volver a padecerla. Yo también tengo un hijo que
hace un mes cumplió 13 años.
No queremos seguir contando más “Lucas”, en la lista del
Gatillo Fácil.
SI NOS TOCAN A UNO, RESPONDEMOS TODOS.
Los Jatib, los sospechosos de siempre
La Seccional Quinta, en el este de la ciudad de Córdoba,
comprende al gran barrio San Vicente –llamado popularmente “La República”-, y
subdivisiones como Müller, Maldonado, Acosta, Miralta y Altamira, hasta su
frontera con Colonia Lola, rebautizada como “Colombia Lola”, por el avance de
bandas narcos.
Históricamente, los delincuentes utilizaron el cementerio
municipal San Vicente, un predio de 50 hectáreas de
superficie que alberga a 20 mil cadáveres; como aguantadero para esconder
botines robados, armas, cargamentos de drogas y… cadáveres, como el de Facundo
Rivera Alegre, conocido como “El Rubio del Pasaje”, un joven asesinado y
desaparecido desde febrero de 2012 cuando fue a comprar droga.
En esa marea delictiva, en los ‘90 aparece en escena el Clan
Jatib, liderado por hombres de ese apellido, donde confluyen mujeres y otros
miembros que se suman a la familia, y debido al grado de violencia demostrado a
la hora de delinquir, se convierte en los grupos de choque de bandas de
narcotraficantes como las de Jorge “El Gallo” Altamira, Ramona “La Gorda Kika”
Reyna –en los ’90 integró la Conexión Holanda, una banda de
narcotraficantes que operaba en Europa-; “Los Colela” Rearte; o René “El
Chancho” Sosa.
Durante los 17 años de gobiernos de José de la Sota y Juan
Schiaretti, el narcotráfico creció exponencialmente y Córdoba se transformó en
provincia de tránsito de drogas, en una productora de cocaína. Por caso, una de
las jefas de la banda de “Los Colela” fue puntera del PJ, ingresó a trabajar en
la Municipalidad de Córdoba hace casi treinta años, gracias a la gestión de
Roberto Matrángelo, el fallecido chofer y posterior concejal de De la Sota. En
la actualidad, esta mujer tiene una estrecha relación con el cuartetero
delasotista Damián Córdoba.
Mientras que “El Chancho” Sosa fue criado por la ex
legisladora y funcionaria delasotista Liliana Junco.
Bajo el amparo policial, los Jatib, una banda nacida en
Villa Inés o Villa Corea –en sus inicios los llamaban “los coreanos”- entienden
que pueden generar muchos más ingresos si en vez de ser cobradores de deudas de
narcos, se convierten en sus propios patrones. Y así, comienzan con una nueva
modalidad, los narcosecuestros: capturan a miembros de los escalones más bajos
de las bandas y exigen como rescate dinero, drogas o precursores químicos para
elaborar cocaína. Los casos no se denuncian, pero en el mundo narco se expande
la noticia. Y el poder de los Jatib crece a fuerza de violencia.
En mayo del año pasado, en un fallo por un ajuste de cuentas
entre bandas enemigas, la jueza de la Cámara 3ª del Crimen, María de los
Ángeles Palacios, advirtió que “narcos, dealers y consumidores integran esta
red, con una soberanía, poder y economía propios, que le dan una característica
propia de una parasociedad”. Y destacó que “el fenómeno que se ve avanzado en
algunos países como México, donde el narco reemplaza al Estado en vastas zonas;
se percibe también en Argentina. Es una característica propia del crimen
organizado porque se trata de organizaciones que trascienden al país porque
cuenta con características propias en cualquier parte del mundo”.
La jueza cordobesa explicó que “en aquellos barrios o zonas
donde el narcotráfico manda y se establece como un Estado paralelo, la gente
común vive aterrorizada. El drama social del narcotráfico repercute
estructuralmente en nuestra sociedad, sobre todo en los lugares más
vulnerables”.
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En 2008, cuando los jefes narcos “El Gallo” Altamira y “El
Chancho” Sosa fueron detenidos y señalados por la Justicia federal como los
capos narcos más importantes de la provincia mediterránea, Ramón Jatib le
ordenó a su banda expandirse a fuerza de balas.
En mayo de ese año, el salteño Daniel “Boliviano” López, un
hombre que integra la estructura de Sosa
fue interceptado en el ingreso al cementerio San Vicente: desde un
Renault 12 color rojo, tres hombres balearon a la víctima, quien sólo recibió
dos disparos y sobrevivió al ataque. La sospecha principal fue que el líder del
ataque fue Jesús Nazareno Jatib.
Siete meses después, en diciembre del mismo año, fueron
detenidos en la villa Los Tinglados Aldo Eduardo Jatib y Franco Daniel Alaniz:
en el auto en el que se conducían tenían una escopeta calibre 16, dos
cartuchos, un pasamontañas, una riñonera, un teléfono celular, dos precintos
que se utilizan a modo de esposas; soga y cinta de embalar. Tres días después,
fue detenido Diego Martín Jatib, acusado de robo calificado y privación
ilegítima de la libertad; y demoraron a Vicente Jatib.
Y al año siguiente, en diciembre de 2009, Jesús Jatib fue
detenido, acusado asesinar tres meses antes a Hugo Moyano en barrio Müller.
Hace ocho años, la Policía de Córdoba negaba oficialmente la existencia de una
banda de narcosecuestros llamada los coreanos o los Jatib.
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Hace doce años, a mediados de 2004, Vincenzo Alfieri, un ex
obrero de Fiat, que había quedado en la calle en plena crisis de 2001, había
cobrado parte de la venta de una casa de sus padres. Era poca plata, porque del
monto total de la herencia se dividió en el pago de la sucesión y las partes
correspondientes a los hermanos.
Sin embargo, era un botín apetecible para una banda de
lúmpenes que se dedicaba a robar y a dar los primeros pasos como vendedores de
droga en barrio Müller, en el corazón de la zona roja del narco de la ciudad de
Córdoba; donde el crimen organizado creció exponencialmente en las dos últimas
décadas, al amparo de la Policía provincial.
Cerca de la medianoche del domingo 19 de septiembre de ese
año, los asesinos de Laura Teresa Pérez (56) –esposa de Vincenzo-, su hijo
Carlos (26); y Carmen Beatriz Barrionuevo (45) –madrina de Carlos-; llegaron en
un Renault Megane hasta la casa de los Alfieri en Castañares 2.873 de barrio
Jardín del Pilar, tras salir de barrio Múller, cruzando por los barrios Villa
Argentina y Colón.
El Renault Megane había sido robado seis días antes a una
bioquímica de barrio San Vicente, una barriada de clase media baja del este de
la Capital, que contiene a Müller. Al llegar a Castañares al 2.800, Hernán
Molina, Damián Cejas y Alessandro “El Holandés” Leiva –otro cómplice, que no
fue reconocido en rueda de presos, los esperaba en el auto-; bajaron y
caminaron hasta la casa de los Alfieri, quienes habían abierto una pizzería en
el garage.
Cuando los ladrones de barrio Múller entraron al
garage-pizzería, el matrimonio Alfieri y la otra mujer, estaban atendiendo a un
cliente: “¡Esto es un asalto, la guita y nos vamos!”, gritó uno mientras
desenfundaba su pistola 9
milímetros . Lo apoyaba otro desarmado y otro armado con
un revólver .38 corto.
Las víctimas les dieron los pocos pesos que tenían ese
domingo, pero los ladrones, que contaban con el dato aportado por una
entregadora –conocida como G.O. y ligada al clan Jatib-, querían la plata de la
venta de la casa. Para lograr su objetivo golpearon duro a la dueña de casa.
Una hija de Carmen Barrionuevo, de menos de 10 años de edad, se escondió bajo
el mostrador.
El hijo más grande de la familia, Carlos Alfieri se
encontraba en los fondos de la casa, y cuando escuchó los gritos de los
ladrones salió en defensa de sus familiares armado de un revólver calibre .32,
generándose un cruento tiroteo con más de diez disparos. Vincenzo quedó mal
herido, con dos balazos. Su sobrina, que se escondió bajo el mostrador quedó
ilesa. Carlos, su mamá Laura y su madrina Carmen fueron ejecutados.
Días después del asalto mortal, el fiscal Pedro Caballero a
cargo de la investigación confirmó cómo se desencadenó la tragedia: “Los
delincuentes al ver al chico que salía armado le dispararon y el disparo
ingresó por el abdomen, le salió por los riñones, atravesándole la arteria
aorta, herida que le provocó la muerte.
Pero además, uno de los ladrones volvió tras sus pasos y le
pegó un tiro en la garganta a Laura Pérez, matándola en el acto. El otro
cómplice, en tanto, le apuntó con su arma a Carmen Barrionuevo, quien estaba
sentada, y le pegó dos balazos por atrás y de arriba para abajo, uno en el
cuello y otro en la espalda.
Semanas después de la tragedia, G.O. le informó a la Policía
de Córdoba quienes eran los asesinos de la familia Alfieri. La versión oficial
que dio, fue que ella estaba en su casa de barrio Müller en una reunión
familiar, cuando en un descuido contó sobre la venta de la vivienda de las
víctimas. En esa ocasión, en la casa de G.O. estarían de visita los
delincuentes que posteriormente perpetraron la masacre de barrio Jardín del
Pilar. Nunca admitió que fue ella la entregadora del asalto que terminó en
tragedia; y se convirtió en informante policial.
Dos años después, en octubre de 2006, la Cámara 3ª del
Crimen dictó sentencia contra cuatro acusados del triple crimen. Hernán Molina
y Damián Cejas fueron condenados a reclusión perpetua; “El Holandés” Leiva
–nieto de “La Gorda Kika”-, recibió la pena de 12 años de prisión; y Mauricio
Ortiz fue absuelto. P.S., otro sospechoso que no fue señalado por las víctimas
nunca fue investigado.
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La tarde del 18 de noviembre de 2013, en el patio del
complejo carcelario de Bouwer, al sur de la ciudad de Córdoba, un preso le
preguntó a otro: “Vos que sos de Ciudad Evita, ¿conocés a “La Gringa”?. El
recluso respondió que en este barrio-ciudad había varias mujeres apodadas así:
“No sé, hay varias Gringas en el barrio”.
Ciudad Evita es un barrio de casas pequeñas y bajas
instalado en las afueras de Córdoba Capital, donde fue reubicada una villa de
emergencia y el entonces gobernador De la Sota bautizó pomposamente como
barrio-ciudad, cuando en realidad es un ghetto alejado de los barrios de clase
media.
“Esta noche le vamos a reventar la casa; tiene mucha guita y
merca”, le confesó uno de los presos al otro. Este último, inmediatamente llamó
a su hermana y le advirtió del ataque. La mujer se refugió en la casa de otro
hermano, en el mismo barrio. Los asaltantes, entonces, secuestraron a la hija
de la narcotraficante Lidia Rosa “La Gringa” Mena, que vive a una cuadra y
media. Exigieron 20 kilos de cocaína o $ 200 mil de rescate.
El fiscal federal Gustavo Vidal Lascano y el jefe de la
División de Delitos Complejos de la Policía cordobesa, comisario mayor Ariel
Avila, dirigieron la investigación. La chica fue liberada 24 horas después,
tras el pago de apenas $ 7.500.
A las pocas semanas, “La Gringa” Mena, identificó en un
reconocimiento de voces al negociador del rescate. Le había vendido un
automóvil Renault 11 apenas tres semanas antes del secuestro de su hija, por
eso los delincuentes estaban seguros que tenía plata.
En septiembre de 2014 fueron detenidos cuatro sospechosos:
Julio César Borisonic y tres integrantes del Clan Jatib: Aldo Eduardo “Nano”
Jatib; Diego Martín Jatib y Héctor Vicente “Quico” Jatib. Esperan ir a juicio.
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En noviembre de 2010, Carlos Dante “El Colorado” Leal (56)
un ladrón y reducidor de botines robados devenido en dealer, había denunciado a
los jefes de la División Drogas Peligrosas de inventar un procedimiento y
plantarle droga. Esa vez, un oficial de Drogas Peligrosas le exigió $ 8.000
para “arreglar” el procedimiento. Después esa suma subió a $ 15 mil. Ante la
imposibilidad de reunir toda la plata, una hermana de Leal, les hizo dos
entregas a los policías corruptos de $ 8.000 y $ 3.000. Los policías le dijeron
que con esa plata, ya bastaba.
Esa causa fue conocida como narcoescándalo y terminó con la
clausura de la División Drogas Peligrosas de la Policía cordobesa y varios
policías condenados a penas menores.
Poco más de tres años después, en marzo de 2014, “El
Colorado” Leal estaba en su casa de Matheu y Pedernera en barrio Múller, a
pocas cuadras del cementerio San Vicente, cuando un móvil policial detuvo a su
sobrino. El muchacho estaba en la vereda de la casa de su tío y fue detenido
por merodeo. Minutos después, mientras era trasladado en el patrullero, uno de
los agentes se comunica con una persona y le dice: “Tenemos el pajrito blanco,
está listo el pajarito rojo”.
“Caro, quieren 30 lucas. Fijate si la podés juntar”, le dijo
por teléfono Carlos Dante Leal a su ex mujer, Carolina Vergara; antes de que le
sacaran el aparato y uno de sus secuestradores ratificara la exigencia:
“Queremos $ 30 mil, juntá toda la plata, ya te vamos a volver a llamar”.
Una hora antes, “el Dante” o “el Colorado”, como lo conocían
a Leal; dos hombres vestidos de civil con chalecos policiales lo secuestraron
simulando una detención. Ni bien “allanaron” la casa, los dos secuestradores
que se identificaron como miembros de la
División Drogas Peligrosas les exigieron a los gritos a Leal: “¿Dónde está la
guita y la droga?”. En la vivienda de barrio Múller, además de la víctima
estaba su ex Carolina Vergara y P.S., el delincuente que nunca fue investigado
en la masacre de Jardín del Pilar.
Después de dar vuelta la casa, los delincuentes le
advirtieron: “Viejo, salí tranquilo y no hagas quilombo”, y cargaron al
“Colorado” en el Peugeot 307 gris de Carolina y huyeron.
Ese mismo martes en que ocurrió el crimen de Leal, pero al
mediodía, a pocas cuadras de allí, hubo otro narcosecuestro por el que se
habrían pagado $ 20 mil de rescate. “No tenemos denuncia de ese hecho, como
sucede habitualmente. Pero tenemos información que actuó un Fiat Duna rojo”,
confió una fuente policial. En Müller todos hablan que uno de los Jatib,
Fabián, se movilizaba en esa época en un automóvil de esas características.
Pocos días antes de morir, Leal le había contado a Fabian
Jatib, para quien trabajaba, que un automóvil Toyota Corolla claro había
llegado a su casa y un policía de Drogas Peligrosas le exigió: “Venimos a
buscar la guita”.
Cinco horas después del secuestro, el sereno de un obrador
vio movimientos extraños en la zona de la Bajada de Piedra en barrio Bajo
Pueyrredón; a unas veinte cuadras de la casa de Leal. En el lugar estaba el
cadáver de un hombre pelirrojo, maniatado con alambres; con un balazo calibre
11.25 en cada muslo, muy golpeado, vestido con la camiseta de Chacarita, una
bermuda negra y sólo una zapatilla. Una de las balas le perforó la arteria
femoral y murió desangrado.
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“¡Nosotros no hicimos nada, no matamos a nadie, no tenemos
nada que ver!”, “¡nos arruinaron la vida!”, gritó Kevin Lusi (20), al escuchar
la sentencia que condenaba a su hermano Pablo Reartes (29) a 12 años de prisión
por el asesinato y desaparición del cadáver de Facundo Rivera Alegre (20) –le
decían “El Rubio del Pasaje”-, la madrugada del 19 de febrero de 2012. Fue la
mañana del 28 de agosto del año pasado.
Lusi no fue condenado y está recluido en un centro para
menores delincuentes; porque cuando asesinó a la víctima de un balazo en la
cabeza, era menor.
Con la condena de Reartes, la acreditación de la
participación activa de Lusi y la absolución del ex empleado municipal Aldo
Monje (36) –estaba acusado de cremar el cuerpo de “El Rubio del Pasaje”- los
jueces Susana Frascaroli, Graciela Bordoy y Daniel Ferrer Vieyra de la Cámara
11ª del Crimen, pusieron punto final a uno de los casos más emblemáticos del
crimen cordobés.
Es que ni bien desapareció su hijo, Viviana Alegre acusó a
la Policía de hostigarlo y perseguirlo. Numerosos testigos ubicaron a Rivera
Alegre, como una víctima del narcotráfico. Y quedó acreditado que usualmente,
el cuartetero Damián Córdoba, a través de su acordeonista Luciano Calderón
utilizaba a “El Rubio” como cadete para comprar cocaína para la banda en barrio
Maldonado, puntualmente en la casa de “La Colela” Reartes, una puntera
delasotista, quien pese a ser señalada como narcotraficante nunca fue detenida.
“La Colela” es madre de los hermanos condenados Pablo
Reartes y Kevin Lusi. Monje fue absuelto por beneficio de la duda.
“Tenemos condenados, pero mi hijo sigue desaparecido. Exijo
que sigan buscando a Facundo, acá la Policía actuó por acción u omisión”,
reclamó la madre de la víctima.
¿Cómo llegaron los investigadores hasta los asesinos de
Facundo Rivera? Otra vez, aparecen en escena elementos marginales de la familia
Jatib. Presuntamente, este clan de narcosecuestradores le vendía protección a
“los Colela”, por eso sabían lo que había ocurrido la noche del asesinato y
posterior desaparición del cadáver de “el Rubio del Pasaje”.
Pero la versión oficial que figura en el expediente judicial
es que dos mujeres integrantes del clan Jatib; G.O. -la misma que fue
entregadora y delatora en el triple crimen de Jardín del Pilar- y “La Carola”
estaban comprando drogas en la vivienda de los condenados y escucharon cuando
Facundo Rivera era ejecutado.
Nuevamente los Jatib juegan a ser el coloso de Rodas, en su
doble rol de delincuentes e informantes de la Policía.
El padre Oberlin, una nueva víctima del narco
La bala policial que la tarde del jueves 22 de diciembre del año pasado impactó en la cabeza de Lucas Leonel Rudzicz (13), conmocionó a los cordobeses por varias razones:
-La corta edad de la víctima.
-Que hubiera salida de un arma policial.
-Las circunstancias de su muerte: Lucas, armado con un revólver calibre .32 acababa de asaltar junto a un cómplice mayor de edad y también armado, a Mariano Oberlin, cura de la parroquia Crucifixión del Señor de barrios Müller y Maldonado, militante de DDHH y principal denunciante de las
bandas que operan en el corazón de la zona roja del narcotráfico en la ciudad
de Córdoba.
Ese jueves antes de la Navidad, al atardecer, Oberlin fue
sorprendido por dos jóvenes, quienes mientras le apuntaban cos sus revólveres
lo asaltaron por la espalda, robándole el celular y una motoguadaña mientras
cortaba pastizales en un terreno cercano a la parroquia que iba a ser
habilitado como plazoleta para los vecinos. Tras robarle, lo amenazaron: “Ahora
corré”, le dijeron mientras le apuntaban.
Lo que siguió fueron balas que sembraron desolación y
muerte. Algunos vecinos de esta barriada popular contaron a Clickear que sólo escucharon dos
disparos, los que salieron de la pistola de policía que custodia al padre
Oberlin. Otros, dijeron que fueron más, que se trató de un tiroteo.
Amparados por un Estado ausente y una Policía corrompida,
los delincuentes que coparon esta zona de la Capital cordobesa tasaron la vida
del padre Oberlin en sólo $ 5.000 (ver “Lo
que pasó destrozó la vida de un chico, de una familia, de un barrio, de una
parte sufriente de la sociedad”); y tras varias amenazas de muerte a él y a
madres de víctimas de la droga, el párroco de los barrios Müller y Maldonado
aceptó que un policía que lo ayuda en su tarea de devolver a la vida a los
chicos tocados por la muerte, sea su custodio.
Es que el cura de la parroquia Crucifixión del Señor se
niega a que “la Policía” cuide su integridad, porque no confía: “No estoy
dispuesto a hacer acuerdos con un Gobierno que manda a disparar balas de goma
contra laburantes y, peor aún, contra niños por manifestarse
públicamente. ¿Cómo les hablo a los chicos de la libertad de expresión? ¿Cómo
les explico que yo no soy cómplice de eso?”, se queja en público y privado.
Su custodio, el sargento ayudante, Martín Armando Murúa, fue
quien, el jueves a la tarde se tiroteó con los ladrones y asesinó de un balazo
en la cabeza al chico de 13 años, convirtiéndolo en victimario y víctima.
Tras la muerte de Lucas Rudzicz –el martes 27 hubiera
cumplido 14 años-, sus familiares y amigos denunciaron que había sido fusilado
por la Policía en un típico caso de gatillo fácil (ver La llave de la verdad). La víctima vivía con sus padres y sus cinco
hermanos en la vecina villa Los Tinglados, un asentamiento donde la gente
convive a diario y sufre el acoso y la violencia de las bandas armadas y la
ausencia del Estado: “Mi hermanito no era ningún choro. Él iba a jugar al
fútbol con un amigo y los chicos se asustaron al ver al policía y salieron
corriendo, y el policía les tiró”, se quejó Vanesa Rudzicz, hermana de Lucas,
al diario La Voz del Interior. Y
acusó: “Lo mató por la espalda y le pusieron un arma”, a la vez que apuntó que
Oberlin conocía muy bien a su hermano.
Mientras que una vecina de Müller, Marina Jatib, señaló que
Lucas no había robado ni estaba armado: “Yo lo vi cuando agonizaba y no tenía
ningún revólver encima... Ni tenía la motoguadaña. Le tiró desde atrás”.
Paradójicamente, este testimonio, pone un poco de luz a una
operación delictiva montada tras el homicidio de Lucas.
Con los numerosos testigos, la investigación judicial
determinará si Lucas y su cómplice –tiene 25 años y antecedentes penales por
los que ya estuvo preso- quisieron asesinar al cura Oberlin; dejarle en claro
que pese a ser un personaje de altísima exposición pública y contar con
custodia, el narcotráfico puede vulnerar su seguridad y matarlo; o si se trató
simplemente de un asalto a mano armada que terminó mal.
Tras la trágica muerte de este chico de 13 años, sus
familiares contrataron al abogado Carlos Orzaocoa, un reconocido luchador por
los derechos humanos y sociales: “Nosotros tenemos la certeza que el hecho que
desencadenó el fallecimiento de Lucas se produjo por dos disparos que se
hicieron sólo por parte de un sargento ayudante experto en tiro al blanco,
se hicieron contra un blanco móvil que huida en dirección contraria al
policía, el lugar era descampado, la visibilidad era plena. A Lucas lo
mató la Policía”, le dijo Orzaocoa a Clickear.
Y destacó: “Que quede claro, los disparos fueron hacia el
chico que en ese momento no significaba ningún peligro, no hubo enfrentamiento
ni riesgo para el policía, ni para el padre Mariano Oberlin ni a un tercero”
(ver Un típico caso de gatillo fácil).
La aparición de la testigo Marina Jatib, insistiendo en que
Lucas Rudzicz estaba desarmado y denunciando un caso de gatillo fácil, pretende
echar por tierra el trabajo social del párroco de Müller y Maldonado y minar su
credibilidad: “El cura que dice que se mete en el barro para salvar a los pibes
de una muerte segura, mató a uno”, es la versión que se busca instalar para
dividir la barriada (ver Los Jatib, los
sospechosos de siempre).
Para el narco y los recaudadores policiales, Oberlin es un
obstáculo. Con el cura fuera de juego, estas bandas vuelven a copar la plaza
para repartir dividendos con sus socios uniformados y el poder político de
turno. Por eso no es casual que una de las voceras del gatillo fácil sea una de
las integrantes del clan Jatib.
Thursday, October 20, 2016
"No nos maten más" el reclamo que se sintió en todo Córdoba
Una marea humana negra fue
inundando de a poco el centro cordobés. Desafiando el frío, la movilización del
#MiércolesNegro contra los femicidios comenzó a las seis de la tarde en la
histórica esquina de la avenida Colón y la Cañada.
Con el paso de los minutos,
miles de mujeres luciendo riguroso luto fueron sumándose a la marcha que
encabezaban un grupo de jóvenes con la consigna “Ni una menos” escrita en
letras blancas sobre cartulinas rojas. Al finalizar la marcha, con la lectura
de un documento muy crítico hacia el Estado, la Justicia y los Gobiernos, las
columnas superaban las siete cuadras y había más de 30 mil personas.
“Yo lo denuncié y pide salir.
Vos también podés”, había escrito una mujer de unos 50 años en un pizarrón.
“Estamos acá para exigir que no nos maten más”, le dijo llorando otra mujer a
Clickear. Muchas estuvieron acompañadas por sus familias.
Las fotos de Paola Acosta,
asesinada hace dos años y tirada a una alcantarilla junto a su hija Martina; o
de Lis Funes se repetían. También la de Rocío Florencia Rodríguez una chica de 23
años que fue presuntamente asesinada por su novio Santiago Bonelli (41), cuyo
juicio comenzó esta semana.
Una de las hijas de la
fisioterapeuta Carina Drigani, asesinada en mayo pasado, marchó con una remera
con el rostro de su madre: “Hugo Salas, el secuestrador y asesino de mi mamá
está con prisión domiciliaria muy tranquilo en su casa”, se quejó.
“Se debe sancionar ya la Ley
de Emergencia por Violencia Machista, y no hacer declaracionismo. Hace dos años
que las mujeres venimos reclamando la sanción de esta ley; pero el Estado elije
destinar esos fondos en otras cosas, preparanso la campaña para 2017”, acusó la
legisladora Laura Vilches del PTS-Frente de Izquierda.
En Río Cuarto, en tanto,
también hubo una compacta movilización. Por los micrófonos nombraron varias
veces a Nora Dalmasso, quien fue presuntamente asesinada por su marido Marcelo
Macarrón, imputado en febrero de este año. Y marcharon los familiares de
Samantha Yoerg (22), la chica asesinada hace una semana en General Cabrera y la
mamá de Camila Carletti (22), asesinada en Adelia María en septiembre pasado.
En las principales ciudades
cordobesas también marcharon por #NiUnaMenos.
Monday, October 10, 2016
“Es casi imposible que el fenómeno de las maras y pandillas llegue a Argentina"
“Ojalá ustedes nunca sufran el
flagelo de las maras. Pareciera que los argentinos quisieran que las maras se
instalen en su país. No es la primera vez que escucho sobre la presencia de estas
pandillas en Argentina; pero afortunadamente, la idiosincrasia de los
argentinos no es permeable a este tipo de fenómeno delictivo. Es casi imposible
que el fenómeno de las maras y pandillas llegue a Argentina”, afirma desde
Tegucigalpa, el comisario inspector Gustavo Sánchez Velázquez de la Policía de
Honduras, sociólogo y autor del libro Maras,
pandillas y desviación social.
Dentro de un mes, entre el 11
y 13 de noviembre próximo, Sánchez Velázquez disertará en Córdoba en el III Congreso
Internacional de Alta Seguridad, organizado por la Fundación para la
Integración de Estrategias Profesionales.
En una entrevista exclusiva
con Clickear, desde la capital de Honduras, este especialista en pandillas
centroamericanas y maras señala con seguridad: “La idiosincrasia de este tipo
de delincuentes del Triángulo Norte centroamericano nada tiene que ver con la idiosincrasia
de los argentinos. Y los argentinos no tienen nada en común con este fenómeno
delictivo, propio de países como Honduras, Guatemala y El Salvador”.
-Usted niega la posibilidad de que el fenómeno mara se
infiltre en Argentina. Pero a principios de septiembre fue detenido en La
Matanza un peruano ligado a la Mara Salvatrucha.
-El fenómeno de las maras no
es centroamericano, y mucho menos peruano o argentino. Nació en California, en
ciudades como Los Angeles, creado por migrantes salvadoreños, hondureños y
guatemaltecos que fueron desplazados por las guerras civiles de los 80 y
buscaron cobijo en EEUU. Allí, eran hostigados por pandillas, y muchos de
ellos, ex guerrilleros o ex policías y ex militares; con conocimientos en
estructuras armadas, formaron las maras como autodefensa. Y después, se
lanzaron al ataque, con un nivel de violencia que las hizo poderosas. Con la
implosión de la URSS y la finalización de los conflictos de baja intensidad en
Centroamérica, muchos de esos migrantes fueron deportados y regresaron a El
Salvador, Guatemala y Honduras, donde sentaron sus bases territoriales con
inusitada violencia. Pero no bajaron más al sur, no es su modus operandi.
-Para Usted, el caso de La Matanza sería aislado…
-Absolutamente. Las maras en
el Triángulo Norte trafican personas, armas y drogas hacia y desde Estados
Unidos. Estamos a sólo 2.500 kilómetros de la frontera de Estados Unidos y las
maras conocen todas las rutas de penetración. Mientras que Argentina está a
7.000 kilómetros de Centroamérica. Ni el volumen de las partidas de dinero que
se genera con el tráfico a Estados Unidos; ni las diferencias culturales, hacen
a Argentina un país atractivo para las maras y pandillas. Nuestras capitales se
quieren parecer a Miami; mientras que Buenos Aires parece una ciudad europea.
-¿Hay un nexo delictivo entre maras y el narco mexicano
o colombiano?
-Al igual que el narco, la
Mara Salvatrucha ha dejado de ser una pandilla para convertirse en un fenómeno
de criminalidad organizada y trasnacional. Los integrantes que sobreviven se
hacen cada vez más fuertes y sanguinarios. Esos niveles no se observan en
Argentina, donde viví entre 2006 y 2008, país que visito cada dos años.
Volviendo a tu pregunta, Honduras y el resto del Triángulo del Norte, es parte
de la ruta que usa el narco colombiano para exportar cocaína a Estados Unidos. Las
maras aportaban los soldados, los peones para el tráfico desde Colombia al
Norte. Pero después, la Salvatrucha mutó al narcotráfico, junto a la extorsión.
Por eso, en Argentina pueden quedarse tranquilos, que su país está lejos de ser
un objetivo de las maras centroamericanas.
"Inexorablemente, la vía militar lleva al fracaso"
-¿Cómo va el combate de las pandillas y maras en
Honduras y los países vecinos?
-El conflicto, en términos de
guerra; la militarización de este conflicto social ha fracasado no sólo en
Honduras, sino también en El Salvador y Guatemala. Durante la presidencia de
Mauricio Funes, en El Salvador, hubo un intento de acercamiento, de negociación
con las maras y fracasó rotundamente. Porque para negociar debes conceder ¿y
cuál fue la moneda de cambio del Gobierno salvadoreño a las maras? En la
tregua, las maras ampliaron su poder. Ahora la situación mejoró un poco.
-¿Cuál es la salida entonces?
-Inexorablemente, la vía
militar lleva al fracaso. Yo vivo en Tegucigalpa, a 300 kilómetros de la
frontera de Nicaragua. ¿Por qué no hay maras en Nicaragua?. Porque después de
1979, el sandinismo le dio a la gente educación, cultura y salud. Le dio
contención social. Los nicaragüenses son tan pobres como los hondureños o
salvadoreños; pero tienen cultura y educación, un freno al avance del crimen
organizado.
Wednesday, August 03, 2016
Pese a la buena sintonía institucional entre Macri y Schiaretti, el PRO descarta un frente con el PJ
El martes, en su corta visita al aeropuerto “Ambrosio
Taravella” de Córdoba, el presidente Mauricio Macri se mostró cercano al
gobernador Juan Schiaretti: “Gracias Gringo, gracias Ramón (Mestre) por
recibirme una vez más. Estoy más entusiasmado que nunca respecto de nuestras
posibilidades y de nuestro futuro”, dijo durante la inauguración de nuevas
mangas de embarque, nuevos puestos para migraciones, una sala VIP y una nueva
torre de control.
“Nos hemos comprometido con el Gobierno provincial a poner
3.000 millones de pesos para terminar la autovía Córdoba-Río Cuarto, y también
la autovía de Río Cuarto a Holmberg y hacer rutas seguras hasta Villa Mercedes
y Villa María. Esperamos en unos años más transformarlas en autovía”, señaló el
Presidente.
Distendido, mientras Schiaretti lo miraba sonriente,
Mauricio Macri le regaló: “Siempre es lindo estar al lado de los cordobeses,
por la enorme autoestima que tienen, que contagia”, y bromeó: “Por suerte que
los tenemos en el medio, que no tienen mar, si no se hubiesen independizado
hace rato”.
Y Schiaretti le devolvió la gentileza: “No tengo dudas de
que el país va a superar este trance y va a comenzar a crecer. Íbamos hacia una
colisión. Este es el rumbo. Vamos todos juntos para hacer las obras necesarias para
crear empleo, que es lo que necesita el país”.
La buena sintonía entre el Presidente y el gobernador
cordobés fue aprovechada por el ministro de Gobierno y Seguridad provincial,
Carlos Massei, quien señaló que para las legislativas de 2017 “está todo
abierto”, en referencia a una posible alianza electoral del PJ cordobés con el
PRO.
Massei aseguró que “las relaciones institucionales se
consolidan también políticamente, hay un trabajo efectivo y es para bien de los
cordobeses”; y agregó que “ésto puede provocar celos en la UCR, porque puede
ser que a lo mejor lo miren con cara electoral y partidaria”.
Mientras que Darío Capitani, vicepresidente del PRO Córdoba
y jefe de la bancada macrista en la Legislatura cordobesa cruzó al ministro schiarettista:
“Massei miente. El peronismo lleva de candidato al ex gobernador (José) De la
Sota. Nosotros estamos en un espacio amplio con la UCR, el Frente Cívico y la
Coalición Cívica y en Córdoba somos oposición a Schiaretti y De la Sota”.
Capitani agregó que “el peronismo intenta confundir a la
gente con una fantasía; nosotros desde la Nación tenemos una relación
institucional normal con gobernadores e intendentes de todos los partidos,
donde ponemos foco en la gestión. Schiaretti y De la Sota llevaron su interna
peronista con Cristina Kirchner al plano institucional y las consecuencias las
pagamos todos los cordobeses. Ahora no entienden que haya una relación de
normalidad entre la Nación y la Provincia”.
El jefe del bloque PRO advirtió que “en 2017 todo el
peronismo cordobés va ir detrás de la candidatura de De la Sota, ya lo hicieron
en Río Cuarto donde fueron juntos delasotistas, schiarettistas, massistas y
kirchneristas; y en la Legislatura votan las leyes juntos; mientras nosotros
somos opositores”.
En julio pasado los líderes cordobeses de Cambiemos
levantaron su perfil opositor con un duro documento donde le reclaman a
Schiaretti “la urgente implementación de un plan integral de seguridad que
incluya fuerzas nacionales de seguridad como Gendarmería”; “la universalización
del PAICOR –un programa alimentario en las escuelas- y la inmediata
reincorporación de los 60.000 niños que fueron excluidos recientemente”;
“la quita de impuestos provinciales que tienen incidencia en las tarifas
de los servicios públicos” y “la ejecución efectiva e inmediata de las obras
públicas y los programas de ayuda sociales comprometidos con fondos
provenientes de la Nación”.
Sunday, May 22, 2016
El viudo de Nora Dalmasso creó una off shore en 2013 y no la declaró
Se supo: Marcelo Eduardo Macarrón (57), el viudo de Nora
Dalmasso (51), muerte del que lo acusan; tiene una sociedad off shore en Miami,
Estados Unidos, con la que compró, al menos, un departamento.
La información a la que accedió Clickear, da cuenta que el 4 de abril de 2013, Marcelo Macarrón
junto a un socio, abrieron en Miami la sociedad DRMM Corp; con la que, el 1 de
julio del año siguiente compraron el departamento 135 del complejo Avila South
ubicado en 210 172nd Street de la pequeña localidad de Sunny Isles Beach, en el
condado de Miami-Dade.
La novedad de la existencia de esta sociedad off shore que
está activa y no fue declarada a AFIP; tiene relevancia, ya que siempre
sobrevoló la sospecha de que el asesinato de Nora Dalmasso se debió a
cuestiones económicas.
Incluso, una serie de escuchas realizadas por la vieja
Secretaría de Inteligencia (SI) en 2006, reveladas en noviembre del año pasado
–a nueve años del asesinato- destacaban que la víctima sospechaba que su marido
Macarrón sería testaferro: “Esta chica (por Nora Dalmasso) se habría enterado
que lo estarían usando a Macarrón como que estaba, no te digo lavando dinero o
algo por el estilo, pero a través de Macarrón, entonces la mujer se entera y se
pone loca y el grupo habría dicho mirá negro, encárgate de este tema,
solucionalo”; publicó en exclusiva, hace seis meses, la revista El Sur, el contenido de esas
grabaciones.
Nora Dalmasso fue encontrada por un vecino, desnuda,
asesinada en la cama de su hija Valentina (27), la siesta del domingo 26 de
noviembre de 2006 en su chalé de la calle 5, de Villa Golf. Ese fin de semana,
su marido, el traumatólogo Macarrón presuntamente jugaba golf en un torneo en
Punta del Este, Uruguay.
En esas escuchas realizadas por la SI por un caso de
amenazas a un abogado de un organismo de DD.HH.; también se advierte que la
propia Policía cordobesa habría desviado las pistas que apuntaban contra el
empresario Miguel Rohrer ligado a compañías internacionales de agronegocios.
Puntualmente, Rohrer, a quien llamaban “El Francés” en esta
ciudad cordobesa; había dado débiles coartadas que lo ubicaban en Entre Ríos y
Buenos Aires. Mientras que lo comprometían las sábanas de sus teléfonos
celulares. Las escuchas que ahora están en manos de la Justicia de Río Cuarto,
confirman que los teléfonos del sospechoso estaban activos en Río Cuarto los
días 24 y 25 de noviembre, previos al asesinato de Nora.
Durante una semana, este periodista intentó infructuosamente
comunicarse con Marcelo Brito, abogado defensor del viudo y principal acusado
del homicidio. No obtuvo respuestas.
Debido al secreto fiscal, Clickear no pudo acceder a las declaraciones juradas de los años
2013 y 2014 que el traumatólogo Marcelo Macarrón realizó ante la Administración
Federal de Ingresos Públicos (AFIP); donde debió registrar la constitución de
DRMM Corp y la posterior compra del departamento del Avila South Condominium.
Sin embargo, este periodista confirmó que en la última
semana, los creadores de DRMM Corp realizaron un depósito de US$ 5.000 para
gastos de dicho departamento.
Incluso, Macarrón le habría ocultado a su abogado Brito la
existencia de dicha sociedad off shore creada el 4 de abril de 2013 y la compra
el 1 de julio de 2014, del departamento de Sunny Isles Beach, en el condado de
Miami-Dade.
El viernes pasado, se realizó una reunión entre Brito,
Macarrón y la contadora del viudo; donde finalmente el abogado defensor evaluó
la situación y el impacto de la noticia. Incluso, el principal sospechoso del
asesinato de Nora Dalmasso le prometió a su abogado que en las declaraciones
juradas ante la AFIP de este año, incluirá a DRMM Corp. y el departamento.
La compra de dicho inmueble la realizaron el viudo Macarrón
y su socio –también es traumatólogo y trabaja en Río Cuarto y Córdoba-, con el
agente de bienes raíces Jorge Ribas, que tiene oficinas en el centro comercial
The Square ubicado en 260 Crandon Blvd. #53 de la villa turística Key Biscayne,
también en Miami-Dade.
Incluso, al momento de la compra de dicho inmueble, allí
vivía una mujer de origen latinoamericano; por lo que los titulares de DRMM
Corp se comprometían a dejarla que viviera allí durante seis meses más.
Conocedores del mercado inmobiliario en el estado de la
Florida, coincidieron ante Clickear
que “el apartamento adquirido por DRMM Corp. está ubicado en una zona donde
residen personas con altos ingresos”.
En enero de 2012, cinco años y dos meses después del
homicidio de Nora Dalmasso, y un año y cuatro meses antes de la creación de
DRMM Corp; este periodista había publicado en exclusiva en el diario Clarín una serie de fotos donde la
víctima, su esposo Macarrón –es el presunto asesino-; vacacionaban junto al
agroempresario Miguel Rohrer en la mansión del millonario jordano Nushine
Hosseini en Saint Thomas, en las Islas Vírgenes.
Este archipiélago estadounidense en el Caribe es un paraíso
fiscal y siempre sobrevoló la sospecha que detrás del homicidio de la mujer
hubo motivos económicos, como quedó demostrado en las escuchas publicadas en
noviembre de 2015.
Hace dos meses, el 18 de marzo pasado, el fiscal Daniel Miralles
decidió imputar al viudo, porque en la escena del crimen y el cuerpo de la
víctima había abundante material genético de Macarrón; además hay una amplia
ventana horaria, donde algunos golfistas que viajaron a Uruguay con el
sospechoso, no lo vieron.
Tras la acusación del fiscal, el abogado defensor del viudo,
Marcelo Brito planteó sospechas sobre Miguel Rohrer, con quien Nora y Macarrón
habían vacacionado en Saint Thomas.
En enero de 2012, tras la revelación de Clarín de las fotos
en un paraíso fiscal, los abogados de la querella y la defensa, minimizaron la
novedad.
Ahora, el juez Daniel Miralles, deberá determinar lo que no
investigó su antecesor Javier Di Santo en 2012: si Marcelo Macarrón se dedica a
armar “empresas de bolsillo” o “de fachada” como le llaman en Estados Unidos a
las sociedades destinadas al lavado de dinero. Allí estaría el móvil del crimen
de su esposa.
Monday, May 01, 2006
Salud, mártires de Chicago!!!
El Día internacional de los Trabajadores o el Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del Movimiento obrero mundial.
Desde su establecimiento en todos los países por acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1889 es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.
Desde su establecimiento en todos los países por acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1889 es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.
El 1° de mayo de 1886 200.000 trabajadores iniciaron la huelga, mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro. En Chicago donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades del país las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La unica fabrica que trabajaba era la agromecánica McCormik que estaba en huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad para la construcción de una iglesia. La producción se mantenia a base de esquiroles.
El día 2 la Polícia había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente sus puertas, cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una batalla campal.
Una compañía de policías, sin aviso, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos.
Curiosamente en Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. Allí celebran la Fiesta de los que trabajan el primer lunes de septiembre que se viene celebrando desde 1882 a propuesta del dirigente Peter J. Mac Guire de la Central Labor Union. Esta celebración ha sido apoyada e impulsada por los patrones y gobierno para eclipsar sentido real del 1º de mayo.
En honor a estos mártires de Chicago, con Cin City comimos dos platazos de locro.
Thursday, April 13, 2006
Que viva la República!!!!
Ricardo Rouvier, sociólogo y consultor nos hablaba acerca de España y en eso se le escapa "porque la República de España", entonces alguien lo corrige dicièndole que se trata de un reino y él, muy risueño, aclara: "Deben ser las influencias familiares, en casa somos republicanos, es más tengo colgada una bandera en casa".
Eso motivó que le dijera a mi colega, la españolísima primi Marta Molina Romero, que quería una bandera republicana, y ella me la regaló para mi cumple.
Esta introducción es para anunciarles que mañana viernes se cumple un aniversario màs de la proclamación de la Segunda República Española.
La República es el régimen político por el que se rigió España en el período que abarca desde el 14 de abril de 1931, fecha de proclamación de la misma y de la salida del Rey Alfonso XIII de España, y el 1 de abril de 1939, fecha de la victoria definitiva de los fascistas y falangistas del generalísimo Francisco Franco, que se alzaron contra la República el día 18 de julio de 1936.
Manuel Azaña fue la persona más importante de este período, uno de los políticos y oradores más importantes del siglo XX en la política española además de un notable periodista y escritor (consiguió un premio nacional de literatura en 1926 por Vida de Juan Valera).
Manuel Azaña fue la persona más importante de este período, uno de los políticos y oradores más importantes del siglo XX en la política española además de un notable periodista y escritor (consiguió un premio nacional de literatura en 1926 por Vida de Juan Valera).
Su obra La velada en Benicarló, sobre la Guerra Civil Española es una interesante reflexión acerca de la década de los años treinta en el país. Sus memorias —dadas a conocer al gran público hace unos años— es uno de los documentos más importantes de este momento histórico.
Actualmente, aunque el poder político claramente republicano es poco representativo a nivel nacional, partidos con representación parlamentaria como Esquerra Republicana de Catalunya deben gran parte de su herencia política a este intenso período histórico.
Actualmente, aunque el poder político claramente republicano es poco representativo a nivel nacional, partidos con representación parlamentaria como Esquerra Republicana de Catalunya deben gran parte de su herencia política a este intenso período histórico.