Monday, October 10, 2016

“Es casi imposible que el fenómeno de las maras y pandillas llegue a Argentina"

“Ojalá ustedes nunca sufran el flagelo de las maras. Pareciera que los argentinos quisieran que las maras se instalen en su país. No es la primera vez que escucho sobre la presencia de estas pandillas en Argentina; pero afortunadamente, la idiosincrasia de los argentinos no es permeable a este tipo de fenómeno delictivo. Es casi imposible que el fenómeno de las maras y pandillas llegue a Argentina”, afirma desde Tegucigalpa, el comisario inspector Gustavo Sánchez Velázquez de la Policía de Honduras, sociólogo y autor del libro Maras, pandillas y desviación social.
Dentro de un mes, entre el 11 y 13 de noviembre próximo, Sánchez Velázquez disertará en Córdoba en el III Congreso Internacional de Alta Seguridad, organizado por la Fundación para la Integración de Estrategias Profesionales.
En una entrevista exclusiva con Clickear, desde la capital de Honduras, este especialista en pandillas centroamericanas y maras señala con seguridad: “La idiosincrasia de este tipo de delincuentes del Triángulo Norte centroamericano nada tiene que ver con la idiosincrasia de los argentinos. Y los argentinos no tienen nada en común con este fenómeno delictivo, propio de países como Honduras, Guatemala y El Salvador”.
-Usted niega la posibilidad de que el fenómeno mara se infiltre en Argentina. Pero a principios de septiembre fue detenido en La Matanza un peruano ligado a la Mara Salvatrucha.
-El fenómeno de las maras no es centroamericano, y mucho menos peruano o argentino. Nació en California, en ciudades como Los Angeles, creado por migrantes salvadoreños, hondureños y guatemaltecos que fueron desplazados por las guerras civiles de los 80 y buscaron cobijo en EEUU. Allí, eran hostigados por pandillas, y muchos de ellos, ex guerrilleros o ex policías y ex militares; con conocimientos en estructuras armadas, formaron las maras como autodefensa. Y después, se lanzaron al ataque, con un nivel de violencia que las hizo poderosas. Con la implosión de la URSS y la finalización de los conflictos de baja intensidad en Centroamérica, muchos de esos migrantes fueron deportados y regresaron a El Salvador, Guatemala y Honduras, donde sentaron sus bases territoriales con inusitada violencia. Pero no bajaron más al sur, no es su modus operandi.
-Para Usted, el caso de La Matanza sería aislado…
-Absolutamente. Las maras en el Triángulo Norte trafican personas, armas y drogas hacia y desde Estados Unidos. Estamos a sólo 2.500 kilómetros de la frontera de Estados Unidos y las maras conocen todas las rutas de penetración. Mientras que Argentina está a 7.000 kilómetros de Centroamérica. Ni el volumen de las partidas de dinero que se genera con el tráfico a Estados Unidos; ni las diferencias culturales, hacen a Argentina un país atractivo para las maras y pandillas. Nuestras capitales se quieren parecer a Miami; mientras que Buenos Aires parece una ciudad europea.
-¿Hay un nexo delictivo entre maras y el narco mexicano o colombiano?
-Al igual que el narco, la Mara Salvatrucha ha dejado de ser una pandilla para convertirse en un fenómeno de criminalidad organizada y trasnacional. Los integrantes que sobreviven se hacen cada vez más fuertes y sanguinarios. Esos niveles no se observan en Argentina, donde viví entre 2006 y 2008, país que visito cada dos años. Volviendo a tu pregunta, Honduras y el resto del Triángulo del Norte, es parte de la ruta que usa el narco colombiano para exportar cocaína a Estados Unidos. Las maras aportaban los soldados, los peones para el tráfico desde Colombia al Norte. Pero después, la Salvatrucha mutó al narcotráfico, junto a la extorsión. Por eso, en Argentina pueden quedarse tranquilos, que su país está lejos de ser un objetivo de las maras centroamericanas.



"Inexorablemente, la vía militar lleva al fracaso"

-¿Cómo va el combate de las pandillas y maras en Honduras y los países vecinos?
-El conflicto, en términos de guerra; la militarización de este conflicto social ha fracasado no sólo en Honduras, sino también en El Salvador y Guatemala. Durante la presidencia de Mauricio Funes, en El Salvador, hubo un intento de acercamiento, de negociación con las maras y fracasó rotundamente. Porque para negociar debes conceder ¿y cuál fue la moneda de cambio del Gobierno salvadoreño a las maras? En la tregua, las maras ampliaron su poder. Ahora la situación mejoró un poco.
-¿Cuál es la salida entonces?
-Inexorablemente, la vía militar lleva al fracaso. Yo vivo en Tegucigalpa, a 300 kilómetros de la frontera de Nicaragua. ¿Por qué no hay maras en Nicaragua?. Porque después de 1979, el sandinismo le dio a la gente educación, cultura y salud. Le dio contención social. Los nicaragüenses son tan pobres como los hondureños o salvadoreños; pero tienen cultura y educación, un freno al avance del crimen organizado.








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