CTI nos pone más lejos

Recuerdo cuando nos quejábamos de ENTel, antes de que Carlo la privatizara de la mano de María Julia Alsogaray y Germán Kammerath.

El jueves a la noche, al salír de Clarín fui a casa en un remis y al bajar olvidé mi celular, ese aparatito que sólo utilizo para hablar por teléfono y que sirve para filmar, sacar fotos y no sé cuántas huevadas más.

Yo sólo quería mi telefonito y los números allí agendados. Inmediatamente me autollamé desde un fijo a mi ex celular y ya lo habían robado. Realmente el remisero fue un turro, un raterito. Pero lo peor está por venir.

Decidido a no quedar incomunicado, el viernes llamé infructuosamente a CTI para suspender la línea y solicitar un aparato nuevo. Nunca me atendieron. Fui al centro de atención y una empleada me dijo que teniendo las cuentas al día, podía acceder a un teléfono por 89 pesos, a lo que debía sumar 15 por el chip. Ojo, era un precio promocional.

Cuando fui el lunes, me dijeron que tenía una deuda de dos facturas de marzo y abril de 2005. Le dije al atento empleado que eso no era correcto, porque si hubiera tenido alguna factura impaga me hubieran cortado el servicio hace casi un año. Claro, justamente una compañía telefónica va a hacer beneficencia conmigo y me va a dejar pasar dos facturas, eso no se lo cree nadie.

Seguramente esas facturas quedaron en BA, donde viví en esos meses, así que "pague o marche preso". Si yo no pagaba esas dos facturas más sus intereses, que llegaban a 100 pesos, el nuevo teléfono me hubiera costado 240 pesos, más los 15 del chip.

Le avisé a una amiga que ya había recuperado mi línea y ella me dice: "Me pasé a Personal porque cuando perdí mi CTI me hicieron exactamente lo mismo, me dijeron que debía dos facturas de casi un año atrás".

Estos señores, ya sean de una u otra compañía, son unos ladrones de guante blanco que se llevan toda la plata y no les interesa el usuario. Total somos rehenes de ellos.