Un día soñado

Llegó un día. No la esperaba. O sí. Vino de otra vida, de la que vivimos juntos hace tiempo. Pero no en esta Tierra, sino en otra vida, en otras vidas.

A veces creo que es un sueño o que todavía vivimos esa vida anterior, donde corretean Iñaki, Catalina (la princesa), Ciro y Valentín gatea.

Las mañanas son soñadas, desayunamos con leche de la vaca que tenemos en el fondo de casa.

El pan lo hicimos la noche anterior, antes de hacer el amor. Hubo una docena de manos laboriosas que lo amasaron, que le pusieron ese amor que lo hace más rico.

Cerca de las 3 me levanté a darle la teta a Valentín. ¿Les suena raro?. Y sí, le di la teta, pero la de la mamá. Porque estamos en el siglo 21 y ya no hace falta que la reina (porque detenta ese cargo ad eternum) deba trasnochar para alimentar a los babys.

Cerca de las 5, Ella, musitó entre sueños....

"Y frente a todo este circo nos quedamos los dos solos sentados en un banquito de plaza, mirándonos los dedos de los pies y desaparecieron los demás y el miedo a mirarnos no se iba. Entonces ocurrió el milagro, algo único!, estiraste tu mano hasta donde estaba la mía y primero un dedito, sobre mi dedo, después dos…
Y la angustia cedía proporcionalmente al avance de tu mano
Y entonces estaba toda tu mano sobre la mía y encontré el valor para mirarte a los ojos y te vi
Y me vi en tu mirada..
Y desperté!".

Hacía más de una hora que la observaba, velaba por Ella en la oscuridad. Y cuando oí sus palabras, remití directamente a uno de nuestros primeros encuentros, en esa otra vida.

Se me dibujó una sonrisa, de esas que sólo Ella conoce, de las que Ella me roba.

Valentín dormía nuevamente, como Ella. Serenos, tranquilos, se sentían cuidados.

Me sentí orgulloso una vez más.

Sin hacer ruido, fui a ver los otros soles... Catalina, Iñaki y Ciro.

En su cuarto se respiraba una paz envidiable.

Y me sentí orgulloso otra vez.

Y volví a dormir.

Inflexible, irreductible, incorruptible. El gran dictador que nos dice lo que tenemos que hacer sonó puntualmente a las 7.

La besé en la boca suavemente, la abrigué para que hiciera "fiaquita" y fui a preparar el desayuno comunitario.

Afuera aún era de noche y sólo se escuchaban los grillos.

La radio dijo "que han hallado muerto al niño que yo fui, que han pagado un pasote de pelas por una acuarela falsa de Dalí; que ha caído la Bolsa en el cielo, que siguen las putas en huelga de celo en Moscú; que subió la marea, que fusilan mañana a Jesús de Judea; que creció el agujero de ozono, que el padre de hoy... es el padre del mono del año 2000".

Por suerte no eran noticias, sino Joaquinillo.

En veinte minutos ya tenía lista esa batería alimentaria necesaria para el batallón casero.

Ella, la elegida de ayer, la elegida de hoy y la elegida de siempre, fue la primera en comenzar el ritual matinal.

Beso en la frente, suave, para despertarla.

Desayuno en la cama y masajes en los pies.

Hablamos, nos contamos los sueños y soñamos despiertos.

Mientras ella se bañana, el trío macana comenzaba a aparecer en escena, con sus pijamas variopintos.

No es que fueran nuestros hijos, pero... son los más lindos del mundo.

Después de una luchita, que indefectiblemente pierdo como un Gulliver ante los liliputienses, derrotado parto hacia el ágora casera.... la cocina-comedor.

Lejos de todo, Valentín duerme plácidamente.

En la mesa desayuna la escala infantil, porque con Ella no tuvimos mejor idea que hacerlos seguidos. La verdad que fue un buen plan eso de tener a los cuatro niños al toque.

Luego de la primera comida del día, partimos hacia el jardín de infantes, donde los tres mayores hacen sus primeras incursiones en soledad a la sociedad.

Mientras, Ella y Valentín se quedan en casa.

La verdad que así vale la pena comenzar el día....