Sin perdón

Ana Rita Pretti se presentó ante la Justicia para sacarse el apellido de su padre torturador.

“Nos contó muchísimas cosas. La que más me atormentó fue que había matado a un chiquito. Me destrozó”. La impactante declaración pertenece a Ana Rita Pretti, hija del represor de la dictadura Valentín Milton Pretti (alias “Saracho”) y que inició un trámite para cambiar su apellido, y se refiere a los “relatos morbosos” que su padre les narraba a ella y a sus hermanos.

“El nos contaba en detalle lo que había hecho, no sé si para hacerme su cómplice, que lo denunciara o lo disculpara. Me pregunté durante muchísimos años por qué hacía eso”, dijo.

Ana Rita Pretti, de 33 años, confirmó en diálogo con Radio Mitre que “en marzo de este año” inició el trámite para sacarse el apellido de su padre y quedarse con el de su madre, Vagliati. “Legalmente mi apellido es Pretti, aunque yo estoy usando el de mi mamá (…)Luché muchísimo por no ser él”, añadió la mujer.

Comentó que a su padre, un comisario retirado de la policía bonaerense que se benefició con la Ley de Obediencia Debida y murió en abril, prácticamente no lo vio en un año, desde mayo de 2004, cuando tomó la decisión de cambiarse el apellido, algo de lo que el represor se enteró por sus hermanos, que, comentó, no piensan como ella.

También afirmó que el represor Miguel Osvaldo Etchecolatz “era muy conocido” en su familia y que cree que, además de dirigir el centro clandestino de detenciones COTI Martínez, su padre actuó, entre otros, en “el Pozo de Banfield y el Pozo de Quilmes” e integraba “algo así como la ‘patota volante’, que se movía por todos lados”.

Con respecto al trámite judicial, dijo que marchaba bien y que “iban a empezar a llamar audiencia a algunos testigos” y señaló que “el argumento principal” que presentó para cambiar su apellido “son los archivos de la CONADEP (Comisión Nacional por la Desaparición de Personas)” en los que aparece su padre.

Por la tarde, Ana Rita dio una conferencia de prensa en el hotel Bauen sobre su situación, en la que la acompañaron entre otros su analista -familiar de desaparecidos-, el diputado nacional José Roselli y el actor y legislador porteño Héctor Bidonde.

En los legajos de la CONADEP, Pretti figura como miembro de la patota del entonces jefe de la Policía Bonaerense, general Ramón Camps, que también integraban el director de Investigaciones Etchecolatz, el cabo Norberto Cosan y el médico policial Jorge Bergés, hoy todos detenidos.