Monday, August 22, 2005

Descansa en paz


LONDRES.- Mo Mowlam, la más querida de las políticas británicas y alma materdel proceso de paz en Irlanda del Norte, murió ayer en una clínica del condado de Kent de un tumor cerebral. Tres días atrás y por la decisión que ella había establecido en su testamento, le habían cortado el agua y los alimentos porque no quería ser resucitada.
Irreverente, talentosa, hábil negociadora y con una inusual capacidad para comunicarse informalmente con todos sin distinción, la doctora Mowlam ha conseguido en su muerte lo que le hubiera gustado ver en su vida. En Belfast, católicos y protestantes se abrazaron para llorarla. Los periodistas en la televisión y la radio británicas anunciaron la noticia conmovidos.
Había sido la secretaria de Irlanda del Norte durante el gobierno de Tony Blair. Consiguió —tras negociaciones incansables, astucia, y charme— que irreconciliables enemigos firmaran el acuerdo del Viernes Santo, que llevó la paz en el Ulster.
Hija de un cartero alcohólico y verdadera estrella de la clase trabajadora británica, Mo Mowlam estudió antropología social en la Universidad de Durham y obtuvo un doctorado en Iowa, EE.UU. Fue elegida diputada en 1987.
Tenía 55 años al morir y desde 1997 batallaba contra un tumor cerebral, que combatió con toda alegría. Los medicamentos, radioterapia y esteroides que utilizaron en su tratamiento la llevaron de ser la diputada más glamorosa de la Cámara de los Comunes a perder el pelo, usar una peluca que detestaba y subir 25 kilos. Pero nunca quiso hablar de su enfermedad públicamente porque lo que quería evitar era la compasión y dar explicaciones.
Tres meses atrás, el tumor regresó y volvieron las sesiones de radioterapia, que esta vez afectaron su equilibrio. Tuvo varias caídas pero tres semanas atrás, se cayó de la cama y se pegó en la cabeza. Perdió la conciencia y no la recuperó hasta el día de su muerte. Fue acompañada por Jon Norton, su marido pintor y ex banquero, hasta su muerte.
En los peores días de las negociaciones en Belfast, Mo se arrancaba la peluca y la arrojaba al aire. La primera vez que lo hizo, el protestante unionista David Trimble quedó anonadado mientras Martin McGuinness, el líder católico republicano de las negociaciones del Sinn Fein, estallaba en carcajadas. El ambiente se distendió inmediatamente.
Este "estilo Mo" fue el que permitió que el proceso de paz avanzara. Ella fue famosa, respetada y querida por todos los sectores.

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