Yelena Isinbayeva, vuela

LONDRES.- "Es un avión, es Súperman, no!!!!, es Yelena". El viernes 22 de julio, o sea ayer, Yelena Isinbayeva, realizó una de las mayores proezas atléticas: superó la barrera de los 5 metros en salto con garrocha. La bella rusa de 23 años, en lugar de ir centímetro a centímetro -como lo hacía el viejo ucraniano Sergey Bubka para engrosar su palmarés y su cuenta corriente-, pidió que el listón se instalara en los cinco metros. La expectación se adueño entonces del Crystal Palace, escenario del Super Grand Prix de Londres.

La joven hija de cosacos, que a los 15 años tuvo que dejar la gimnasia porque ya medía 1,70 metros y era demasiado alta para esa disciplina, se concentró como siempre, sujetó de bien atrás la pértiga de 4,45 metros, se abalanzó veloz por la peana, en la que acostumbra a dar 16 zancadas, se colgó desde muy abajo en la garrocha, que siempre parece estar a punto de quebrarse con sus 65 kilos de peso, y se elevó con perfección hacia el cielo.

El movimiento fue exacto y bello. Isinbayeva pasó bastante más arriba de la meta que se había propuesto, quebró por decimoséptima vez el récord mundial y se convirtió en la primera mujer en la historia que supera la barrera de los cinco metros.

Lo había prometidoYelena, en marzo, cuando pasó victoriosa por Madrid. "En el verano (boreal) intentaré los cinco metros", anticipó con la seguridad de quien ya ganó un oro olímpico en Atenas 2004 y ha sabido darle una seria progresión a una prueba que sólo se oficializó en 1992 y que recién debutó en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

La Zarina de la Pértiga -como fue bautizada Isinbayeva-, demostró que las mujeres también pueden volar -Bubka dejó el piso masculino en 6,14 (aire libre) y 6,15 metros (bajo techo) en la primera parte de los '90- y, con su brinco de ayer, ha dado paso a una entretenida discusión sobre los límites femeninos en altura.

Para el veterano entrenador francés Sébastien Levicq, Isinbayeva "tiene potencial para saltar entre 5,10 y 5,20 metros, posiblemente más cerca de los 5,20 metros".

"No sé a qué altura puedo llegar, puede ser 5,05 metros o más. Veré más tarde. Por ahora, sólo deseo celebrar, pues quería ser la primera mujer que saltara sobre cinco metros", dijo la propia Isinbayeva, quien recibió 50 mil dólares extras por el salto que la inscribió para siempre en la historia del atletismo.