Saturday, July 30, 2005

Desmantelan bases británicas en el Ulster

Los diarios británicos y los medios republicanos bien informados hablaban de la próxima iniciativa del Sinn Fein: convertir a su líder, Gerry Adams, en presidente de una Irlanda unida.

BELFAST.- Dos símbolos que representan un pasado reciente de violencia fueron enterrados en las últimas 24 horas en Irlanda del Norte. El IRA tiene cara y voz, que reemplazan a su clásico pasamontaña negro que fue su firma de combate, y las torres electrónicas de vigilancia del ejército británico comenzaron a ser desmanteladas en el condado de Armagh y la frontera con Irlanda, como un signo de entendimiento entre dos enemigos irreconciliables.
"P O'Neill" era la clásica firma de los comunicados del IRA pero ayer fue la cara y la voz del ex prisionero Seane Walsh, que pasó 21 años en las cárceles británicas, el que leyó el adiós a las armas en un video, con los 14 párrafos en los que la guerrilla anunciaba su histórica decisión. Poetas y músicos, los Provisionales del IRA podrían haber sido embelesados por su propia retórica. Pero hay un hecho que demuestra que sus principales adversarios les han creído.
Un día después del anuncio del desarme de la guerrilla católica y republicana del IRA, los militares británicos comenzaron a desarmar las torres de cemento poderosamente protegidas, que durante los 36 años del conflicto, fueron sus ojos en el territorio donde los guerrilleros tenían su base más sólida de simpatizantes y estaba centralizada su logística.
Los soldados iniciaron ayer a la mañana el desmantelamiento de la famosa torre "Romeo 12" en South Armagh, como parte del programa de "normalización de seguridad". Una base militar también fue cerrada.
El teniente general Reddy Watt, el máximo comandante en Irlanda del Norte de las fuerzas militares británicas, anunció la decisión. Resolvió que la torre de vigilancia de Sugerlooaf Hill, la base militar en Forkhill y el puesto de Newtown Hamilton serían levantados.
Los protestantes del radicalizado líder Ian Paisley estaban furiosos con la decisión y se preguntaban por qué la urgencia, ante el escepticismo que reina en sus filas sobre el desarme del IRA.
En este clima, el jefe de las negociaciones de paz del Sinn Fein (brazo político del IRA), Martin McGuinnes, urgió al gobierno británico a convocar "sin excusas" a la Asamblea Legislativa en Belfast para que católicos y protestantes puedan compartir el gobierno provincial.
De manera paralela, los gobiernos británicos e irlandés evalúan los próximos pasos para restaurar las instituciones autónomas de Irlanda del Norte, establecidas en virtud del Acuerdo de paz del Viernes Santo, de 1998, y suspendidas a fines de 2002.
Los diarios británicos y los medios republicanos bien informados hablaban de la próxima iniciativa del Sinn Fein: convertir a su líder, Gerry Adams, en presidente de una Irlanda unida. Su premio para convencer a los más duros de abandonar la lucha armada para ganar su guerra con la política.
En Belfast, aún los católicos de Falls Road, con republicanismo puro y duro, miraban incrédulos los acontecimientos de las últimas 24 horas. "¿Tu crees que se podrá? ¿Al final tendremos paz? Habrá que esperar y ver. Todos estamos ansiosos", preguntaba María Smith, que tiene un kiosco con Sean, su marido que además es taxista.
Tres años atrás los británicos hubieran respirado aliviados por el desarme de la guerrilla, pero los feroces atentados en Gran Bretaña cambiaron la situación. En el día de su histórico anuncio, el IRA debió esperar varias horas para que la noticia no fuera opacada por las espectaculares detenciones de terroristas islamistas en Londres.

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