
Tres estaciones situadas en el centro de Londres fueron evacuadas inmediatamente.
Otra vez, los subtes londinenses fueron blanco del terrorismo.
"No tenemos miedo", dice la bandera británica.
Foto sacada ayer en el subte en la estación de Warren Street.
Paul Devlin captó otra perspectiva del ataque en Tavistock Square.
Esta fotografía fue tomada a las 09.50 de la mañana (hora local) en Tavistock Square. La imagen captada por Mike Hughes hace que sobre cualquier comentario.
LONDRES.- El miedo volvió a dejar su marca en Londres. La capital británica se vio sacudida por cuatro explosiones de escaso poder en estaciones de subte y un ómnibus, que apenas dejaron un herido debido a que aparentemente la carga de los artefactos no llegó a detonar.
Los estallidos se produjeron pasadas las 12.30 (hora local) en las estaciones de Warren Street, Shepherd's Bush y Oval, ubicadas respectivamente en el centro, sur y oeste londinense. De acuerdo a la Policía las cuatro detonaciones fueron prácticamente simultáneas: algo similar a los ataques que dos semanas atrás causaron 56 muertos y más de 700 heridos.
Poco después, y en una secuencia casi calcada a la que el 7 de julio sembró de muerte la capital británica, un artefacto explotó en un micro que circulaba por Hackney Road, en el este de Londres. La detonación ocurrió en el segundo piso del colectivo y sólo provocó daños menores.
Al parecer, sólo estallaron los detonadores de las bombas, pero no así su carga explosiva. "Claramente la intencion fue matar, lo importante es saber que la idea de los terroristas no se cumplió", afirmó el titular de Scotland Yard, Ian Blair. "Todo nos recuerda a los otros atentados, aunque todavía es muy prematuro para asegurarlo", precisó.
Las explosiones generaron pánico entre la gente, todavía sacudida por los ataques de hace dos semanas. "El vagón tenía olor a humo. Parecía que algo estaba ardiendo", le contó a la BBC Sosiane Mohellavi, de 35 años, quien fue evacuada en Warren Street. Precisamente, en esa estación se registró el único herido conocido hasta el momento.
Preventivamente, las autoridades clausuraron varias estaciones de subte (incluyendo Waterloo, St Paul's y Oxford Circus) así como las tres líneas afectadas, lo que provocó otra vez el caos en los medios de transporte de la capital londinense.
Instantes después de los atentados se había recomendado a la gente no moverse de sus lugares para evitar mayores complicaciones. Los análisis realizados en los lugares de los estallidos no mostraron rastros de agentes químicos, uno de los grandes temores de los británicos tras los atentados del 7 de julio.
La Policía intenta determinar si dos sospechosos detenidos tienen relación con los ataques. "No puedo suministrar mayores detalles", fue la escueta respuesta del jefe de Scotland Yard al ser consultado. Los nuevos estallidos desataron la inmediata respuesta de Tony Blair.
"Gran Bretaña no va a jugar el juego de los terroristas", afirmó en una conferencia de prensa conjunta con su par australiano, de visita en Londres. "Los atentados no cambiarán lo que somos", afirmó el primer ministro.
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