Cortázar Boxing Club
"Desde pequeño me atrajeron las noticias de los diarios sobre boxeo. Te estoy hablando de los años '20 y '30, yo era un jovencito, un niño. Esa fue la última etapa del box, la última gran etapa del boxeo como deporte, porque desde esa época hasta hoy ha ido entrando en una entropía, va perdiéndose. supuesto. El boxeo que levanta las muchedumbres es siempre el del boxeador pegador, del tipo que va para adelante y a pura fuerza consigue ganar. A mí eso siempre me interesó muy poco, y lo que me fascinó siempre fue ver a uno de esos boxeadores enfrentado con un maestro que, simplemente con un juego negativo de esquives y de habilidad conseguía ponerlo en condiciones de inferioridad", confió Julio Cortázar en un reportaje hace casi treinta años.
Julio Cortázar ha relatado que un escritor argentino, muy amigo del boxeo, le decía que "en ese combate que se entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knock-out".
En "La noche de Mantequilla", Cortázar toma como tema la pelea entre Carlos Monzón y "Mantequilla" Nápoles. El triste final y la azarosa vida de Carlos Monzón no empaña la figura del admirado campeón mundial de boxeo
En un reportaje en la revista Humor del año 1983, Osvaldo Soriano entrevistó a Cortázar en París. Aquí se reproduce un segmento de ese encuentro histórico:
- Otro de los cuentos de "Deshoras" que me parece ejemplar es "Segundo viaje", que es tu tercer relato con boxeadores después de "Torito" y "La noche de Mantequilla". ¿Cómo nace la idea, por qué tanta insistencia con el tema del boxeo?
- Al principio no tuvo nada que ver con el boxeo. Unos pocos días antes de que yo cayera gravemente enfermo en Aix-en-Provence, el año pasado, cuando tuve una hemorragia gástrica que casi me manda al otro lado, tuve una serie de pesadillas muy terribles. De una de ellas me desperté con una sensación de espanto y lo único que recuerdo es que en el sueño yo estaba en una especie de morgue y sobre una camilla había un cadáver desnudo de un hombre que daba la impresión de haberse autodestrozado; es decir, estaba torcido, vuelto hacia adentro y al mismo tiempo sacado hacia afuera, como si hubiera habido una lucha entre dos partes de sí mismo. Luego, a los tres días fui a parar al hospital por dos meses y ni volví a pensar en eso, pero durante la convalecencia vi otra vez la escena con toda nitidez, ya con una cierta distancia. Lo que no te puedo explicar es cómo se encadenó eso con la noción de un cuento y por qué elegí el boxeo.
Osvaldo Príncipi, uno de los periodistas que más conoce acerca del rudo deporte de los puños, dijo que la gran asignatura pendiente del boxeo argentino es no haber levantado un estadio como el Luna Park, llamado Cortázar Boxing Club, ya que el autor de "Rayuela" fue un gran conocedor y promotor de este deporte.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home